miércoles, 16 de octubre de 2013

Hide de aves forestales en Carrascoy

Salir al campo y observar la fauna silvestre es siempre una gran experiencia para el naturalista, que emplea gran parte de su tiempo, tanto profesional como de ocio, ambos en mi caso, en coleccionar instantáneas, momentos e historias cortas de la esquiva y huidiza, pero también muy bulliciosa, vida de nuestros montes. 

El paisaje mediterráneo semiárido del sureste español alberga una importante diversidad de aves forestales que rápidamente desaparecerán sin que apenas podamos verlas u oirlas unos segundos, por lo que identificarlas requerirá de muchas horas y experiencia en avistamientos.

Oropédola 
Se necesita un poco más para disfrutar de la fauna, sólo un poco más, apenas unos minutos, momentos en los que la fauna se recree ignorando nuestra presencia delante de nuestros ojos y, sobre todo, delante del objetivo de nuestra cámara. Y ahí entra en juego esconderse, desaparecer nosotros, integrarnos miméticamente en la naturaleza para descubrir su devenir con la normalidad que requiere, precisamente, de nuestra ausencia.

                                                                Pito Real
Una posibilidad, por la que optan los naturalistas más curtidos, es convertirnos a nosotros mismos en un extraño arbusto, apenas ayudados de unas ramas y una lona mimética, con colores de camuflaje, casi militares. Este hide simplificado es incómodo pero nos ofrecerá grandes resultados, y también algún dolor de piernas y cuello.

Tórtola Europea
La alternativa es un hide profesional, en un lugar previamente seleccionado, estudiado y además con recorrido, con especies inventariadas, como el instalado, siguiendo mis indicaciones, en la Finca Torrecillas, cercana a la pedanía murciana de Corvera y enclavada un territorio perimetral del interior del Parque Regional de Carrascoy-El Valle, donde en el mosaico agrícola y forestal concurren una particular diversidad de avifauna.

Con facilidades, como las dispuestas por el gerente de la Finca, Paco de Lara, y también acierto, los resultados en el Hide de Lo Zamora no se hicieron esperar. Hasta 19 especies distintas nos han entrado este verano durante una mañana, y nunca menos de 8. 

El seguimiento continuo del hide, va proporcionado instantáneas muy bonitas de diferentes especies de aves, algunas estivales como la Oropéndola (Oriolus oriolus) o la Tórtola Europea (Streptopelia turtur), y otras residentes, como el Pito Real (Picus viridis), todas ellas de precioso plumaje. Poco a poco va aumentando la observación del  número de aves y nuestro disfrute de ellas.

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