Las abubillas tienen un ritmo incesante durante primavera y verano, el trasiego desde el pinar cercano al nido, escondido en un pequeño hueco de un tronco, es contínuo, se encuentran cebando a su prole, que demanda sin cesar alimento.
Durante las tres sesiones fotográficas, aproximadamente 20 horas escondido en un hide a primeros de julio, más del 95 % de las entregas de alimento correspondieron a larvas de procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa), que constituye parte principal de la dieta tanto de los pollos como de los propios adultos, de modo, es evidente, que contribuyen y son fundamentales para el control de esta plaga forestal.
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